Portugal


Portugal

En este relato de viaje no podré dejar
de citar a Saramago.

En Viaje a Portugal escribe: “La
felicidad, sépalo el lector, tiene muchos rostros. Viajar es, probablemente uno
de ellos. Entregue sus flores a quien sepa cuidar de ellas, y empiece. O
reempiece. Ningún viaje es definido”.

Día
8 de mayo.

Llegamos a Barajas, las cenizas del
volcán hacen que los aeropuertos se mantengan cerrados en el norte de Europa.
TAP se niega a devolver el dinero del pasaje, hasta que luego de algunas horas
de idas y venidas logramos volar.

Llegamos a Lisboa, y tal como nos
habían indicado, fuimos hacia el puesto de Información, nos  vendieron un pasaje fantástico que sirve para
todas las líneas amarillas: bus, trole, folicular, elevador, por 3, 50 €, además
su duración es para un día entero.

Bajamos en la avenida indicada y la
lluvia que nos castigaba hizo más costosa la caminata de las tres cuadras
empinadas hasta el hotel Jorge V, habitación 602.

Descansamos un rato y salimos. Lisboa
se nos muestra, está allí. Montamos al bus amarillo bajando en la plaza Rossio,
que ha sido desde tiempos medievales el centro neurálgico de la Baixa, comenzamos a mirar y
admirar. La estación del Rossio es imponente, con un estilo manuelino, dos
grandes puertas con forma de herraduras marcan el ingreso, rompe con nuestro
imaginario de lo que es una estación.

Un gran arco al fin de la Rua Augusta se nos
presenta, es el Arco Triunfal, cuando lo traspasamos nos encontramos con la Plaza de Comercio, una
galería con arcadas circunda en forma continua la plaza, en el centro una
estatua de José I montado en un caballo, todo con grandes dimensiones. Como el
Papa estaba por llegar a Lisboa, nos encontramos con un gran escenario
armándose, eso hacía que las vistas hacia el río Tajo fueran escasas.

Hicimos cola para subir al elevador
Santa Justa que está al final de la
Rua de Santa Justa. Es una torre de hierro colado y decorado
con filigranas, muy pintoresca, su interior está recubierta en madera. Las
puertas se abren y cierran con llaves muy grandes. Toda una antigüedad. Por un
puente se llega al Chiado, comenzaba la noche. Se veía toda una movida en el
lugar. Regresamos a cenar al centro en “Nicola” comimos nuestro primer plato de
bacalao.

9
de mayo

Un
domingo en Lisboa, con lluvia
.

Luego del mejor desayuno de todo este
recorrido, salimos con lluvia, dudando sobre cuánto podríamos andar conociendo
a esta nostálgica Lisboa.

Llegamos a la Plaza de Comercio y trepamos
al típico y tradicional Tranvía eléctrico, todo un símbolo en Lisboa, sus asientos
de madera, un medio de transporte ecológico, que hoy en día lucha por su
supervivencia, con su traqueteo sobre las vías, que son, en algunos lugares
corridas a mano por el conductor, transita desde el centro de la ciudad, a
nivel del mar, subiendo por angostas calles, corcoveando en otras, va desde las
calles aristocráticas hasta las menos elegantes pasando por el elevador Santa
Justa.

En la plaza Figuera del S XVII donde
los edificios simples hacen un juego equilibrado se llega a ver el castillo de
San Jorge.

Atravesamos la plaza Nuestra Señora de
Saude y llegamos al barrio Alfama, que es el barrio más antiguo y pintoresco,
es el barrio de la moureira (moros) cuna del fado. Luego el Parlamento.
Portugal está gobernado por un 1er ministro que lo elige el presidente.

Ascendiendo se llega a la Basílica de la Estrela y su plaza. “El
río se esconde por detrás de una hilera de barrancones, pero se adivina”
(Saramago)

Dicen que desde allí partieron las
Carabelas de Colón.

Las plazas y veredas en Lisboa están
realizadas con calcáreo blanco y negro. Sus dibujos son llamativos.

En una segunda vuelta, bajamos para
llegar al castillo San Jorge, desde donde hay unas hermosas vistas de Lisboa.
Las ruinas del castillo dos Mouros o de San Jorge dominan el barrio marinero de
la Almaza y el
Tajo. Cuando regresamos, almorzamos al pie del Castillo, allí además de
saborear sardinas asadas nos deleitamos con una buen espectáculo de fado.

La tarde fue un ir y venir de la calle
al tranvía, la última bajada fue en el Chiado, llegamos al café La Brasileira, en Garrett
120. Es una cafetería Art decó, allí nos sacamos una foto con la estatua de
bronce del poeta Fernando Pessoa, la música y el baile están siempre
acompañando este lugar.

Para finalizar el día nos fuimos
caminando hasta la plaza del Chiado, comimos algo en el centro. Como el Benfica
salió campeón, debimos regresar a pie al hotel con toda la hinchada que
festejaba por la avenida da Liberdade de plaza a plaza, mucho colorido.

Lunes 10 de mayo.

Partiendo en auto.

Por la mañana desayunamos en el hotel
y fuimos en búsqueda del auto, nos entregaron un Toyota Yaria, con todas las
recomendaciones e indicaciones, tanta amabilidad resultó costosa. (Hay que
alquilar y pagar en Argentina)

Salimos hacia Belén, pero por
cuestiones de seguridad (el Papa estaba por arribar) no se podía estacionar,
entonces seguimos nuestro viaje a Sintra.

Sintra

Comenzamos a subir hacia Sintra. Las
rutas están muy bien señalizadas en todo Portugal.

Sintra se encuentra en Extremadura es
una villa portuguesa encantadora, con mucho verde, palacios, jardines con vista
al mar.

El palacio que vemos primero presenta
variedad de estilos, desde la explanada hay una visión de otros castillos,
palacios con mucho verde que arman hermosas postales.

Luego visitamos el Castelo dos Mouros,
un castillo medieval, las calles de piedra, desde lo alto, como siempre, las
vistas son espectaculares.

Almorzamos frente un paisaje natural,
en lo alto.

Obidos

Luego de subir, bajar y perdernos por
las calles, partimos hacia Obidos.

Se la llama la “ciudad nupcial” porque
los reyes portugueses, al casarse, le regalaban un castillo a sus esposas. El
caserío, totalmente amurallado, que rodea y servía al castillo, se conserva
como en la Edad Media.
Al recorrerlo nos parece que somos personajes de un cuento cuya trama se
desarrolla en el medioevo.

La entrada es por la Porta da Vila, hay un
mirador interior, con el oratorio rodeado de paneles de azulejos azules y
blancos, de allí a la calle principal, la
Rua Directa, que llega a la plaza, a los
pies del castillo, allí también se levanta la iglesia de Santa María. Ó

Obidos es una ciudad fortificada. Su
castillo es soberbio.

Las callecitas que suben y bajan,
igual que el resto de estos lugares ofrecen su colorido y mercancías a los
turistas, que siempre caemos en alguna tentación.

De
Obidos al Monasterio de Alcobaça.

http://moleskinearquitectonico.blogspot.com/2009/06/una-mirada-obidos-portugal.html

Alcobaça la iglesia y el monasterio

Dicen Saramago en su libro “Viaje a
Portugal”: “Lo que de notable tiene la fachada del monasterio es la perfecta
integración de sus diferentes estilos, tanto más cuanto que el barroco con que
culmina no hace ningún esfuerzo por aproximarse al gótico del portal”. Pag 220

Dentro de la iglesia, la nave es muy
profunda, “es imponente, aplastante”. Realmente impresiona estar frente a esta
gran iglesia. Dicen que no hay otra igual en Portugal.

Arribamos cansados a Batalha, parecía
que lo único que llegaba a verse era el monasterio. Un buen hotel con vistas al
monasterio.

Martes 11 de mayo

Monasterio de Batalha,
Leiría, Coimbra.

Amanece lloviendo, hemos decidido hacer base en
Batalha e ir a Coimbra para luego regresar al hotel que ya conocemos.

Caminamos hasta el monasterio de Batalha, (abadía
de la batalla): Santa María da Vitoria.

Es deslumbrante. Desde afuera parece inalcanzable,
como todos los monumentos que vamos viendo en Portugal, la dimensión de uno se
pierde en lo grandioso.

El pórtico es magnífico, una sucesión de arcos y
columnas finas sobre decoradas.

Su estilo es del gótico tardío y manuelino, está
construido con piedra caliza que los años le han otorgado un color amarillo
dorado, además dicen que está siendo afectado por la lluvia acida y la
carretera que pasa muy cerca está socavando lentamente los cimientos.

El interior mezcla vitroux coloridos con arcos y
columnas recargadas, jardines, fuentes galerías que no tienen fin.

Imposible no quedar maravillado ante este
monasterio, te atrapa, cuesta despedirse.

Seguimos hacia Leiría, Ángel cantaba:

¡Qué alegría
el castillo de Leiría!

¡Qué alegría
la lluvia en Leiría!


Cuando el sol se dejaba ver nosotros caminábamos
por los exteriores del castillo.

Es un lugar que se puede llegar en auto hasta
prácticamente la entrada. Como todos los centros históricos las calles de
piedra dan un toque particular. Cuentan que fue una de las fortalezas más
importantes en el Portugal moro.

Fue un placer caminar, trepar y guarecerse de la
lluvia en este castillo, donde había pocos turistas, el silencio acompañó el
recorrido.

Partimos hacia Coimbra, la ruta se hace lenta, los
peregrinos que van hacia Fátima tiene derecho a media calzada, el ingreso a la
tercera ciudad más grande de Portugal se hace complicado, luego de algunas
vueltas llegamos al estacionamiento del mercado, buen lugar.

Comenzamos a caminar buscando la Universidad. frente a
la Iglesia de
Santa Cruz trepamos a un trencito eléctrico que va entre callecitas estrechas
llenas de autos estacionados. Luego de tener las imágenes de los lugares,
decidimos caminar para re-encontrarnos con cada lugar.

Sé Velha (la Catedral) del siglo XII, el Palacio del
Arzobispado, la Iglesia
y Monasterio de Santa Cruz, la
Universidad, que es una de las más antiguas de Europa, son
algunas de las vistas que fuimos disfrutando. En la ciudad baja se encuentran
los comercios, una gran plaza donde tomamos el cafecito de la tarde. Un regreso
lento hasta Batalha donde nos ofrece silencio, un espectacular panorama y un
buen descanso.

http://perso.wanadoo.es/viajerosweb/monasterios/index_monasterios.htm

Miércoles 12 de mayo

Santarém y Evora visitas
agradables y económicas.

Desde Batalha nos despedimos del monumental
monasterio para ir al encuentro de Santarém, dejamos atrás Fátima que por la
visita del Papa está “invisitable”.

En Santarém se consigue estacionamiento muy
económico: (2 horas: 1,20 €)

El ingreso a los monumentos es gratis, y la gente
se preocupa por orientar y guiar.

Desde la plaza fuimos el convento de San Francisco
del año 1240, un templo gótico que esta en restauro, impecable (casi
demasiado).

El patio del convento se encuentra rodeado por
profundas galerías. Los interiores dan cuenta de un restauro que parece haber
borrado parte de la historia. Eso no quita su grandiosidad. La luz entra por
los rosetones y crea hermosos espacios.

De allí al Seminario Jesuita donde está la catedral,
la visita fue breve, había misa,

Nos guiaron por la rua Serpa Pinta calle comercial
que nos fue conduciendo a las iglesias y monumentos y casas con variados
azulejos en los muros exteriores.

Llegamos a la antigua basílica  de Sao Joao de Alporao, donde se encuentra el
museo Arqueológico, allí hay una gran tumba del siglo XV. De ésta museo nos
acompañaron a la Torre
de Cabacas, como en todo Portugal las grandes llaves abren las puertas y dan
acceso a la historia. La torre acondicionada con escaleras de madera y
descansos donde los libros electrónicos muestran la historia. Desde lo
alto  una vista total de Santarém.

Luego ingresamos a
iglesia de Gracia, dice Saramago “Pero hay que ver este magnífico
rosetón sobre el pórtico, y este, de puro gótico flamígero, con un recuerdo
claro de Batalha pero sin su riqueza de columnillas y arquivoltas. El pavimento
de la nave está muy por debajo del nivel de la calle, lo que causa un efecto
insólito en iglesias portuguesas”. (Pag 226).

La plaza nos ofreció un lugar para “picotear” algo
y seguir el camino. Ángel está en un día de orientación total, salimos hacia
Évora, ciudad histórica en el corazón del Alentejo.

La señalización de las rutas es muy clara. Tomamos
la autopista lo que posibilita mayor rapidez y relax para quien maneja.

El Hotel Évora es espléndido, dudamos que fuera el
seleccionado (Habitación 303).

Partimos hacia el casco histórico que se presenta
como una gran fortaleza medieval, totalmente amurallado, donde conviven los
monumentos, palacios mansiones, templos romanos, árabes del siglo XIV –
XVI,  con casas, negocios de la ciudad,
entre callejones, callecitas empinadas. Todo se recorre a pie entre un
laberinto de calles, imposible hacerlo si no se tiene un mapa bien señalizado.
Ángel definió el lugar como una célula con un núcleo central el cual se va
abriendo.

Vemos que algunas iglesias se convierten en museo
para hacer muestras plásticas, otras están cerradas y otras muestran sus
paredes cubiertas por mosaicos.

El caminar hace que nos encontremos con otros
turista, el tiempo se entremezcla con la charla espontánea, o el mozo brasileño
que se ríe de la vida y acompaña nuestro consabido café de la tarde en la plaza
central. Salimos en busca del auto, un estacionamiento público de 1€ el día.

Muy cansados, sumamente contentos de la selección
de lugares que vamos haciendo. No hay duda que en el camino irán quedando
muchas cosas importantes que no hemos conocido, éstas que vamos aprehendiendo
nos han parecidas magníficas. Mañana regresamos a Lisboa, mucho más moderna y
con tantísimos contrastes.

13 de mayo

Hacia Lisboa………..

Sin apuro salimos de Evora, antes de ingresar al
centro de Lisboa entramos a conocer Belén.

Nos acercamos hacia la orilla del Tajo, donde se ve
la torre de Belén. Lisboa era antaño la capital de un inmenso imperio marítimo,
del que la Torre
es el emblema.

El monumento de los Descubrimientos tiene forma de
carabela, personajes históricos en gran tamaño trepan por esa proa. Al pie un
mosaico de mármol que representa una rosa de los vientos, donde hay un
mapamundi. De allí cruzamos hacia San Jerónimo.

Nos encontramos con una gran fuente que enmarca el
frente del monasterio. El viento jugaba un poco con el agua y nosotros.

“El Monasterio de San Jerónimo es una maravilla de
arquitectura…Trabajaron mucho los arquitectos del manuelino. Nunca hicieron
nada más perfecto que esta bóveda de la nave ni nada tan osado con el
transepto”

Este monasterio fue construido en agradecimiento a
los viajes donde encontraron especias, pimienta, canela, clavo de olor.

En la entrada está la iglesia, que se cubre de
turistas y deja de tener las características propias de silencio. Grandes
columnas, grandes espacios.

Nos habían recomendado probar la pastelería de la Antigua Cafetería
Belén, justo en la parada del tranvía. Estaba repleta de gente y con grandes
colas de espera., decidimos dejarla.

Tomamos el auto para ir al centro de la ciudad,
dimos algunas vueltas para salir, llegamos al Hotel Fénix Urbano, con una
arquitectura fría, seca. Una gran habitación, cómoda.

Salimos a pie. Lisboa no justifica el sacrificio de
manejar en una gran ciudad. Solucionamos en TAP nuestra “desaparición” del
vuelo. Una cena simple muy cerca del hotel y el adiós a Lisboa.

14 de Mayo

Chau Lisboa.

Dejamos en el aeropuerto el auto y en 50 minutos
aterrizamos en Madrid. Metro por medio
al Hostal María Luisa (Hab 5) pequeña pero confortable.

Salimos a recorrer los alrededores disfrutando del
centro de Madrid, cenamos con Viky en su depto quien nos agasajó con una comida
mejicana. Un encuentro muy cálido.

15 de mayo

Madrid nos dice adiós en
San Isidro.

San Isidro es el patrono de Madrid, por lo tanta el
15 de mayo es un día festivo, a esto se unió la conmemoración de los 100 años
de la Gran Vía.
Una gran alfombre de 14 cuadras, cubrió con azul a esta avenida. Un escenario
montado nos posibilita por la mañana escuchar un ensayo de la orquesta y por la
tarde ver a Iñaki Urlezaga bailando tango de Piazola junto a un grupo de danza
argentino.

Los madrileños con trajes típicos de chulos y
goyescos invadieron las calles céntricas. En realidad era un mundo de gente que
iba y venía.

La mañana templada nos permitió caminar en el
parque del Retiro, algunas fotos al Palacio de Cristal y aquellos lugares que
nos iban atrapando.

Disfrutamos de los festejos. Terminamos de arreglar
nuestro equipaje y en Metro al Aeropuerto de Barajas, allí lo desagradable de
algunos empleados autoritarios del mismo aeropuerto. El encuentro con algunos
de aquellos que viajaron en el tours y que como nosotros regresaban, charla
anécdotas y un largo viaje de regreso.

“Viajar es descubrir, el resto es simplemente
encontrar” (Pag 259)

“El viaje no termina jamás. Solo los
viajeros terminan. Y también ellos pueden subsistir en memoria, en recuerdo, en
narración… El objetivo de un viaje es solo el inicio de otro viaje”

Viajar debería ser cosa de otro
concierto, estar más y andar menos. J.Saramago.

 

Acerca de Angel y Grace

Viajeros, nos gusta recorrer el mundo.
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